Algunas de las manifestaciones más comunes son:
- Comportamiento destructivo hacia muebles, puertas, etc.
- Ladridos, lloros o aullidos.
- Orinar o defecar en la vivienda.
- Andar o moverse en círculos, temblores, sacudidas.
- Autolesiones.
- Perseguir por todas partes al dueño dentro del hogar.
- Excitación extrema cuando el dueño regresa a su casa: saltos, gemidos, carreras en círculos durante 10 minutos seguidos o más…
¿CÓMO PREVENIRLO?
Hay que conseguir que el perro no esté excesivamente apegado a nosotros y se le debe acostumbrar a quedarse solo. Lo mejor es hacer salidas graduales, aprovechando los ejercicios de sentado y quieto.
Cuando nos vayamos de casa no debemos decirle nada al perro, sobre todo si nos ha estado siguiendo durante nuestros preparativos previos a la salida y notamos que está nervioso o triste. Siempre que notemos que el perro está nervioso por algo (ruido, otro perro, etc.) no debemos intentar calmarle, ni acariciarle, porque conseguimos el efecto contrario. El perro debe notar que a su dueño no le preocupa, y así aprenderá que él tampoco debe preocuparse.
Cuando volvamos a casa no hay que permitir saludos efusivos, se le debe ignorar hasta que se haya calmado, y una vez que este tranquilo, le llamaremos, le diremos que se siente y entonces le saludaremos. Esto servirá para evitar que moleste a las visitas, a las que podría no gustarles que le salten encima…
Una buena idea sería facilitarle un lugar exclusivo para él y donde se sienta seguro. Con juguetes, un sitio donde dormir y donde nadie le moleste. Ahí se le podría dar un juguete especial, para que se entretenga, un poco antes de que vayamos a salir. Así no nos seguirá por las casa y podremos salir tranquilamente. El juguete especial debe ser algo que le encante, y es muy recomendable que sea algo que pueda morder (existen juguetes comerciales que se pueden rellenar de comida o se pueden hacer caseros, como un hueso con hueco dentro, también relleno).
TRATAMIENTO
Para tratar el problema lo mejor sería ponerse en contacto con un especialista en comportamiento, para que diagnostique correctamente el problema y proponga unas pautas a seguir para la modificación de la conducta.
Hay que tener en cuenta que a veces puede deberse a otras causas…
Lo adecuado sería que los profesionales que nos ayuden sean un veterinario en primer término para descartar problemas físicos y un educador canino o terapeuta especialista en comportamiento, para explicar dudas prácticas al propietario respecto al trabajo de obediencia y relajación del perro en la modificación de conducta, y ayudar a ponerlo en marcha de la forma correcta. La modificación de conducta consiste en disminuir el apego con nosotros, enseñándole a quedarse solo (salidas programadas y graduales), a no anticipar la salida del dueño (que no pueda saber si el dueño va a salir o no), relajarse y obedecernos. La ansiedad por separación, pese a ser un problema molesto, es uno de los problemas de comportamiento que mejor se resuelve, incluso sin medicación, siempre y cuando la modificación de conducta se haga correctamente.
Referencia extraída de: beaglegorka.blogspot.com
Imagen extraída de: dogguaubilbao.blogspot.com
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